Te siento dentro de mí, hasta me dueles,
tanto que me despierta tu presencia acurrucada en mi costado.
Unas veces me bailas para que yo me ría y otras yo canto para que tu bailes.
Unas veces me miras sin entenderme y otras veces yo entiendo por qué me miras.
Lo mejor es que siempre me acompañas, haciendo más esbelta la sombra de mis pasos.
Te siento dentro de mí, amiga mía.
Carmen L. Bruna
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