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Foto del escritorC.L.Bruna

EDWARD POVEY. LA COMPLEJA EXPERIENCIA DE LA VIDA HUMANA


Escribir este post ha sido para mi un increíble reto, no solo por la admiración que siento por este artista, también por ser la primera vez que escribo en castellano y en inglés.


No recuerdo el momento en el que vi por primera vez un cuadro de Edward Povey, pero sí creo que todo pasa por algo. Leyendo sobre él y su obra no es casual que haya llegado justo en este momento de mi vida.


Edward no se siente cómodo con los títulos tradicionales, esos que a mi poco a poco se me están cayendo, produciéndome a veces calma y otras abismo. Su pintura proviene de ideas internas, esas que yo últimamente he dejado de evitar y a veces transito con miedo, pero con la intención de que mi mirada, como la suya, sea lo más honesta posible.


Hace tiempo que yo también evito la televisión, la radio y los periódicos, incluso diría que en cierto modo la compañía humana. Y es que esta pandemia me ha conectado con mi memoria emocional, esa que Edward considera el material de origen para sus pinturas. Quizá por ello cuando las contemplo me atraviesan el alma.


Contacté con Edward para pedirle que me dejara escribir sobre ellas y él generosamente accedió y me proporcionó este artículo de la revista PROVK. Os recomiendo que lo leáis porque es muy interesante. No quiero dejar aquí más que alguna pincelada de lo que en él se dice, para presentaros a este artista y pensador único.


Cuando le preguntan por su estilo artístico cuenta como utiliza la perspectiva cubista de los retablos religiosos prerrenacentistas en los que las mesas y los suelos se colocan planos sobre la superficie del lienzo, como si el espectador los estuviera mirando directamente, combinada con las perspectivas mixtas del cubismo moderno de Paul Cezanne.



Habla del realismo de sus obras como una aparente mentira fotorrealista, un engaño para el ojo humano, que en realidad no es capaz de ver, por ejemplo, la translucidez de la carne humana que él deliberadamente muestra en las escenas.



Una de mis partes favoritas es en la que describe el complejo proceso de la construcción de sus cuadros, que comienza únicamente con palabras, las que recoge en sus diarios de estudio. Como pasa a sus dibujos de trabajo y posteriormente a escenarios físicos, que representan la escena con todos los detalles y con figuras humanas vivas, que son fotografiadas las veces que sean necesarias hasta captar ese estado emocional que el autor quiere transmitir.


Su paleta de colores actual se basa en el Retablo de la Madonna Ansidei de Rafael, (1505-1507), en el que utilizó un matiz verde grisáceo Verdaccio que determina todas las áreas neutrales de sus pinturas, pero superponiendo varias capas transparentes de colores sobre esa base.

De todo lo leído me quedo sin duda con sus palabras acerca del origen de su material:


Mis primeras experiencias me hicieron valorar mi imaginación como el único lugar donde estaba libre de restricciones, y la imaginación se convirtió en mi mejor amiga y en la médula de mi carrera.


Pero lo que me gustaría compartir con vosotros en este post es lo que yo siento cuando admiro sus pinturas y os voy a dejar aquí dos ejemplos:


Me monto en el coche, por fin estoy sola, siento cierto alivio. Mis lágrimas corren solas por mis mejillas, nadie les ha dado paso, pero se unen a mi escena casi como un acto reflejo del vacío inaudito que percibo en mi corazón. No sabía que el alma podía doler. Todos me parecen personajes de una pesadilla de la que me quiero despertar. Todo se quedó como lo dejé, vasos, tazas platos…Me acuesto y el dolor vuelve, esta vez no lo voy a poder soportar, me abrazo y lo intento, lo vuelvo a intentar…pero el grito se queda ahogado en mi garganta. Sin ti este mundo ya no es real.



Desde que te fuiste vivo entre dos mundos, dos mundos completamente contrapuestos. Ellas me miran y lo hacen sin miedo, por eso intuyo que lo están consiguiendo, a pasos agigantados abandonan este, el de los sinsentidos, en el que nada es lo que parece, el que se burla de nosotros delante de nuestras narices, el de los apegos, la hipocresía y la mentira…Desde su garganta va brotando hacia arriba el más auténtico, como el grito que aún ahogo. Sin ti este mundo ya no es real.


“Mis pinturas son un diorama infantil construido a partir de confesiones y mentiras, que le dan a la sociedad un ojo pequeño y aterrador sobre la compleja experiencia de la vida humana.” Edward Povey



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