En "SOBRE MÍ" habréis leído que me gusta este nombre. La razón la encontraréis en algo que escribí hace unos años. Aquí os lo dejo...
Ayer, como todos los jueves, me disponía a subir los tres tramos de escaleras del cole con mi maleta rosa fosforito cargada de portátiles. No creáis que es tarea fácil, voy a contracorriente de una marea de chavalería en plena adolescencia que arrasa por donde pasa. Normalmente no me supone un problema más allá de la pura incomodidad del tema, pero un día malo lo tiene cualquiera y ayer no estaba siendo mi día. Así que empecé a identificarme con Mr Cellophane (tierno personaje del Musical Chicago), pero a quién no le ha pasado alguna vez...estar rodeado de gente y sentir que nadie te ve. Y es que nos estamos acostumbrando mucho a eso, a mirar sin ver...
Pero de pronto note como mi carga se aligeraba de repente y al principio creí que me había enganchado en alguna pierna ajena y que me disponía a pegarme una buena piña contra las escaleras. Pero al mirar hacia atrás vi a un ángel desconocido que me estaba ayudando en mi periplo. Yo nunca le había visto pero parece que él a mi sí porque me llamo "la chica de la ciencia". Este simple hecho de educación, no sé por qué razón ayer me emocionó . Así que al llegar arriba, me disponía a darle las gracias a mi ángel apartando la mirada, pero al agachar la cabeza mis gafas de sol ahí colocadas cayeron al suelo y eso hizo que las cosas cambiaran. No hubo más remedio que cruzar miradas y entonces el me dijo: "Uy...vas arrastrando algo más que ciencia en esa maleta..."
No pasa nada por sentirse por un día así, además tiene fácil arreglo, solo tienes que aprender a mirar...
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