Creía que lo más difícil de las Citas iba a ser encontrar un momento a solas para poder dedicarles tiempo. Ahora que me sobran los momentos, se me resisten como nunca. Y es que el desánimo es mi peor enemigo, por eso esta Cita ha sido tan especial.
Os preguntaréis por qué Un Requiem y sobre todo cómo con Un Requiem. Es muy sencillo, el primer paso para cambiar de actitud es volver a ti y para eso no hay nada como la emoción que provoca la música. Es de las pocas cosas que enseguida reconozco estar sintiendo. Es de las pocas cosas que me hace desahogar. Y el Requiem es la obra ideal. Todos son tristes y todos son alegres, porque honran la vida, nos acercan la muerte y al final siempre nos traen esperanza.
Por eso no lo dudé cuando Miguel del Castillo García-Pablos me contó todo el contenido musical al que podía acceder a través de su grupo de Facebook ENMUSICARTE: MicroConciertos para piano, clases de análisis de partituras, clases de dirección...y su Requiem para Coro y Orquesta.
Miguel es compositor, pianista y musicólogo. Y además es el director de la coral ITER. Podéis seguirle en su canal de Youtube y en Facebook.
Pues ahí va mi Cita:
Compro mi entrada y me siento en el salón de mi casa, provista de mis auriculares para oírlo mejor y con la misma entrega y concentración que tendría en una sala de conciertos o en la Basílica Hispanoamericana de Nuestra Señora de la Merced. Me imagino allí el día de su estreno, con los más de mil espectadores que asistieron. Y comienza la música y con ella me dejo llevar hacia ese lugar de reflexión al que últimamente me resulta tan difícil llegar. Miguel dice que cada uno de los 17 números que componen su Requiem representan un camino, una búsqueda... Y así lo siento yo, por eso no sabría cuál de ellos destacar, cada uno tiene su misión. Impactante Rex tremende, grandioso Salvame, maravilloso Recordare, precioso comienzo del Agnus Dei. Pero suelo tener una debilidad especial por el Liberame, que me coloca en un lugar especial, desde el que disfrutar el último número In Paradisum, en el que culmina mi viaje...
Por el camino emoción, recuerdo, añoranza, sorpresa al ver tantas caras conocidas en coro, que no esperaba. Y es que a la Coral ITER su unieron las voces del Orfeón Chamartín, en el que tantos amigos he dejado.
Una obra completa y redonda, pero sobre todo emocionante y reflexiva. Se nota que Miguel tenía a quién dedicarla.
Como en todas mis Citas, hubo un momento mágico, pues de pronto la vi ocupando casi toda la pantalla, con su pañuelo en la cabeza, ese que anunciaba que ya había empezado su sufrimiento. Ese que olvidaba en cuanto empezaba a cantar. Me dice Miguel que la recuerda siempre atenta en los ensayos, entregada al máximo. Así era ella. Y entonces me alegré de que, hace solo unos meses, su sufrimiento hubiera acabado.
Entre las Notas del autor hay una que dice:
El réquiem nos permite trascender los valores puramente musicales creando un espacio y un tiempo para la reflexión. Aquí los momentos más oscuros y dramáticos se compensan y complementan con los ligados al perdón (Qui Mariam),la esperanza (Recordare) o el paraíso (In paradisum). En este sentido algunos pasajes que muestran a un Dios castigador musicalmente son tratados con un fondo de luz y de esperanza donde ciertas progresiones armónicas, algunos diseños melódicos ascendentes o la estabilidad rítmica en otros, aportan seguridad y confianza en quien nos ha dicho:"Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso"
Estoy segura de que ella lo está. Por eso este ha sido para mí Un Requiem para la esperanza.
Que bien descrito, que bonito