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Foto del escritorC.L.Bruna

SIN FUTURO

Actualizado: 4 sept 2021




Erase una vez un planeta con todos las condiciones para la vida, que fue atacado por un virus letal que caía del cielo. Estaba habitado por una civilización "avanzada" que dominaba todas las ciencias pero se estaba iniciando en un nuevo concepto al que llamaban "sostenibilidad". Al parecer eran expertos en utilizar sus recursos pero no sabían conservarlos, por lo que un día las capas protectoras de cielo y suelo comenzaron a debilitarse. Se enfocaron en reponer la del suelo y descuidaron la del cielo, por lo que el virus empezó a colarse por ella. Utilizando sus sofisticados medios de comunicación, se dice que dominaban incluso la telepatía, fueron compartiendo información y descubriendo como actuaba. Se condensaba en nubes que se filtraban por la dañada capa. Caía en forma de lluvia letal que atravesaba cualquier tipo de material, por lo que aquellos seres civilizados no encontraban con qué protegerse. Pero nada más entrar en un cuerpo vivo, lo mataba al instante e inmediatamente después moría, como una abeja al utilizar su aguijón. Todos los habitantes del planeta dejaron sus ocupaciones y se pusieron a investigar. Consiguieron concentrar el virus en una gran tempestad por encima de la capa protectora a la vez que intentaban reforzar esta. Pero ya era tarde para ellos, uno de los agujeros era demasiado grande y tardaría más en cerrase que la tormenta en desencadenar la lluvia vírica. Así que tomaron una decisión. En el tiempo que les quedaba de vida se organizarían para proteger una generación completa de su civilización. Comenzaron por marcar una edad límite superior cuya misión sería sacar adelante a todos los supervivientes. Debía estar ligeramente por encima de aquella en la que la inteligencia y la creatividad mostraban su momento más brillante, pero en la que un complicado proceso llamado hormonal les adormecía los reflejos. La llamaban edad del "pavo" y podía variar de unos a otros, por lo que también establecieron un margen. 

Después hicieron un recuento de toda la población infantil-juvenil a salvar, y entonces confirmaron que su plan era factible. Por suerte había más adultos que niños, por lo que habría escudos humanos para todos. Invirtieron todo su tiempo y recursos en conseguir su objetivo. nada importaba ya tener mas o menos "dinero", que era como llamaban a su medio de intercambio. Tampoco los bienes que cada uno tenía y que no estaban repartidos de modo equitativo. Concentraron todos sus esfuerzos en salvar su descendencia y en asegurar la transmisión de todos sus conocimientos.

Así, los adultos sin hijos se fueron ofreciendo a las familias con más de dos. La población fue migrando para ir completando las parejas: un adulto por niño significaba una vida salvada. Llenaron todas las bibliotecas del mundo con libros que contenían todo su conocimiento e instruyeron a los chavales de más edad para facilitarles el camino, pues empezarían de cero. 

En aquel proceso se crearon miles de millones de nuevas relaciones, se compartieron sentimientos, se aunaron fuerzas y conocimientos. Nunca habían estado tan unidos ni tan motivados. Cuando todo estuvo organizado, cada uno en su destino y cada niño con su salvador hicieron un simulacro. Según sus predicciones la tormenta iría de este a oeste y de norte a sur, con una velocidad que marcó el ritmo de una coreografía que todos conocían y que reprodujeron a la perfección, para que, llegado el momento, cada uno supiera cual era el instante exacto en el que su cuerpo debía cubrir por completo el de su infante. Tras los nervios del primer ensayo llegó el disfrute del segundo, pues no habían conocido nunca una manifestación de amor como aquella.

Siento deciros que no sé cual fue el final de la historia. Solo puedo aseguraros que aquella civilización que creyó haberse quedado sin futuro, nunca había sido tan feliz viviendo su PRESENTE.🦋

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