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  • Foto del escritorC.L.Bruna

OTRAS FORMAS DE CANTAR

Actualizado: 17 jun 2020


Oigo decir y leo por todas partes "cuántas posibilidades tiene la voz humana" y yo creo que es cierto, pero lo que más se oye suele parecer todo igual, que curioso. Como en el resto de la vida, repetimos patrones que decimos que "funcionan", incluso en la música, en la pintura, en la literatura...

Y así obtenemos resultados maravillosos, sin duda, reproducimos lo que nos gusta e incluso lo vamos mejorando. ¿Pero estamos aprovechando todas las posibilidades? yo creo que no, en general. Buscamos el camino rápido, que no necesariamente es el más sencillo, pero sí el más efectivo.

Para que pueda haber otras formas de cantar tiene que haber otras formas de escuchar. Y este es el punto de partida de mi análisis, éste y el hecho de que llevo varios años buscando mi sonido y todavía no lo he encontrado.

Empezaré por la más grande:

Hace poco me enteré de que la maestra de María Callas había sido una soprano española, Elvira de Hidalgo. De ella decía: "Llegaba la primera y se iba la última. Ella escuchaba a todos los alumnos." Quizá por eso era tan segura, aprendió de todos ellos, hasta convertirse en una soprano sfogato, capaz de alcanzar todos los registros. Pero por esta razón, decía su profesora, su voz duró poco. Que duro asumir eso!!! Tanto sacrificio para tan solo 10 años de carrera. Muchos hubieran firmado por 5 de esos años al máximo nivel posible. Pero quizá ella hubiera preferido tener una familia, que curioso. Decía: "perseguí el sueño de mi madre y el de mi marido...yo hubiera dejado todo con placer para formar una familia".

Valiosas enseñanzas:

La primera: María escuchaba a todos los alumnos y aprendía de ellos. Por eso tengo tan buen recuerdo de aquel curso de teatro musical en el que todos llegamos antes de la hora y no había quien nos echara de allí, profesora incluida. Cada uno aportó su mejor versión porque se sentía "escuchado" por los demás. Diferentes niveles, diversos sonidos, todas formas válidas de expresar, que supimos aprovechar. Y es que por ahí va...

La segunda: deja que tu hijo con talento musical persiga su sueño, pero no lo confundas con el tuyo. Sí al trabajo y a la disciplina, pero siempre disfrutando.

La tercera: no te obceques en cambiar tu registro o forzarás tu voz, ésta directamente para mí.

Y esta última enseñanza enlaza con lo que dice mi siguiente gran voz:

Teresa Berganza, la gran mezzosoprano española, respondía así a la pregunta sobre la técnica a utilizar para las distintas voces:

"La técnica es la misma. Es la respiración, porque la definición de cada voz es el color que tiene cada persona, y todos somos diferentes. Lo que yo más busco en las voces es la naturalidad". Y es que va por ahí...

Antes de cambiar de tercio, me gustaría cerrar esta parte con mi cantante actual favorita:

Delphine Galou es una elegante contralto francesa, especialista en Haendel y en música barroca. Te invito a que busques en Youtube su Erbarme Dich de La pasión según San Mateo de Bach. Cuando califican su voz como diferente me pregunto si yo admirándola tengo una forma de escuchar también diferente. En su primer proyecto como cantante en solitario no eligió el camino más rápido. Agitata, que en principio solo se planteo para clave y voz, surgió de la idea de interpretar con su amigo Ottavio Dantone la música que ambos aman, a pesar de no ser tan conocida en los grandes círculos. Por ello se sorprendieron cuando recibieron el reconocimiento de la crítica.

Leyendo una entrevista sobre ellos me gustó lo que dice el entrevistador al final: Delphine y Ottavio, al fin, virtuosi y exploradores de nuestro tiempo. Y es que por ahí va...

Ahora sí que cambiamos. Vamos a darle unas cuantas vueltas a otras formas de expresión musical.

Es el turno de las bandas, que es el término que utilizamos para referirnos a un grupo musical que, al menos en sus comienzos, decidió no escoger el camino más rápido. Con mucha frecuencia a esta música se la llama alternativa, que curioso. Yo creo que alternativas son todas, si por alternativa se entiende la opción existente entre dos o más cosas.

Ocurre también que a muchos les gusta este término porque quieren sentirse diferentes y te aseguro que éste no es mi caso. Pero, en efecto, creo que no comparto los gustos musicales de la mayoría. No suelo decantarme por los grandes chorros de voz, esos despliegues de medios tan aplaudidos por las multitudes. Mi maestra dice, con humor, que el grito en España está sobrevalorado.


Nunca me gusto Whitney Houston ni tampoco fui fan de Freddie Mercury, y aunque reconozco el enorme talento de ambos, me quedo con Michael Stipe, al que admiro desde que tenía pelo, él claro. Pero fíjate que curioso, ahora ya retirado dedicándose a sus esculturas, contestaba ésto en una entrevista: "hay millones de personas que jamás soportaron el sonido de mi voz, un contingente enorme de gente que nos valoraba como escritores de canciones, pero que siempre pensó que con otro cantante la banda hubiese sido mejor". Si R.E.M. hubiera tenido otro vocalista estoy segura que nunca me hubiera interesado. Y es que por ahí va...

Otra banda que me gusta es Belle and Sebastian. Debe su nombre a un cuento infantil y si los buscas en la wickipedia encontrarás que entre los distintos géneros en los que se la incluye está el Tweed pop ( tipo de indie-pop conocido por sus letras y melodías dulces y simples, a menudo con guitarras melodiosas y tintineantes, y un notable énfasis en un aspecto de ingenuidad casi infantil). Esto me hace pensar que no me gustan los artificios, sobre todo cuando no son necesarios. Su música también se considera como indie-pop, incluso como pop-barroco, por sus arreglos orquestales y por la utilización de instrumentos como violines y violonchelos. Buenos músicos, bonitas letras, para qué más. Esta es la banda en la que a mí me hubiera gustado tocar. Me imagino en ella como mujer orquesta, tocando a ratos la percusión, a ratos el piano y de vez en cuando haciendo una segunda voz. En otra vida quizá.

Y para cerrar un poco el círculo un poco de jazz.

Hace un tiempo empecé a escuchar a Chris Connor, una cantante estadounidense de jazz de los años 50. Fue un poco por casualidad...o no. Un amigo pianista me dijo que me gustaría y así fue. Investigando encontré un artículo que decía que hace poco las voces blancas han vuelto al jazz, a pesar de que desde su origen siempre ha sido una música copada por cantantes negras de voz potente. Y curiosamente hablaba de que ya en los años cincuenta surgieron algunas cantantes blancas como Chris Connor, que se atrevieron con este género.

Dicen que a algunos críticos de la época no les gustaba su forma de cantar, un tanto plana y sin utilizar el vibrato. Para otros, sin embargo, esa limpieza, sin perderse en malabares vocales, era precisamente lo que la hacía destacar.

De mi voz dicen que es demasiado blanca, quizá por ahí va...

Por último quiero reivindicar el canto coral. No es fácil cantar en un coro y menos hacerlo bien. No basta con saber cantar, hay que saber ESCUCHAR. Además hay que aprender a coincidir y a acordar para poder empastar las voces. Algunos dicen que si lo haces con demasiada frecuencia puedes llegar a perder la singularidad de tu voz, y puede ser cierto, todavía no lo sé, pero a mí me compensa todo lo demás que recibo a cambio. Solidaridad, trabajo en equipo, compañerismo...hay quien incluso dice que se consigue una unificación de almas difícil de obtener de otra manera, pues estoy de acuerdo. Y por eso creo que por ahí va...




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